Extremadamente Afortunado

Recientemente, siete hombres y una mujer que trabajaban en una planta de procesamiento de carnes en el estado de Nebraska, allá en los Estados Unidos, ganaron la gran cantidad de $365 millones, que era el nuevo record del premio mayor de la lotería que se llama “Powerball”. Talvez usted exclamaría: “¡Que suerte de gente!”, pero ¿que me diría usted si le cuento de una persona que se gana el premio mayor cada vez que participa en un sorteo? Si esta persona juega 10 veces, 10 veces se gana el premio mayor; si juega 100 veces, 100 veces es el ganador. Me diría usted ¡Hombre, eso es imposible!…y con mucha razón, porque nuestra mente no esta acostumbrada a percibir tal condición ya que no la observamos diariamente a nuestro alrededor. Lógica declara que la ley de las probabilidades esta absolutamente en su contra.
Ahora, si usted estudia el universo, las leyes de la naturaleza y sus constantes, se daría cuenta que el cosmos está afinado con una precisión tan extrema, que la probabilidad de que tantas coincidencias ocurrieran para permitir la posibilidad de vida humana en este planeta son tan remotas que uno puede concluir con certeza que el universo es el resultado del diseño y del poder de Dios.
Por ejemplo:
Si la velocidad de la expansión del universo cambiara por un solo momento, galaxias enteras no existirían.
Si la tierra estuviera ubicada un poco más cerca o un poco más lejos del sol, el ciclo del agua no ocurriría.
Si el color del sol fuera distinto esto afectaría la fotosíntesis de las plantas.
Si la tierra no tuviera la Luna, los días serian de 6 horas, no habría estaciones del año ni mareas.
Si la edad de la tierra fuera un poco mas joven, la rotación del planeta seria muy rápida; si fuera más vieja, la rotación seria más lenta.
Si la actividad volcánica, la distancia de aquí a Júpiter, la velocidad de la luz, los niveles de oxigeno, la inclinación de la tierra, el magnetismo de los polos, la intensidad de la fuerza de gravedad, distribución de los continentes, densidad de la atmósfera, colisión de cuerpos celestes, niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y si muchos otros factores más fueran distintos, el mundo como usted lo conoce no existiría. En otras palabras, cada vez que nosotros apostamos en la lotería del universo, usted y yo siempre ganamos el premio mayor: La Vida.

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